¿Alguna vez has escuchado la historia del estafador que vendió la Torre Eiffel a un comprador desprevenido? Este es un ejemplo extremo de una venta fantasma, o una venta de bienes inmuebles o propiedades que el vendedor no tiene autoridad legal para vender. Cuando llegó el momento de que la víctima de la estafa de la Torre Eiffel reclamara su “propiedad”, el gobierno francés dio un paso al frente y le hizo saber que, de hecho, no era dueño de su monumento nacional.
La mayoría de las situaciones de venta fantasma no son tan dramáticas, pero pueden ser devastadoras para las víctimas. A menudo, al comprador se le vende una propiedad con documentos falsificados. El vendedor fraudulento se embolsa las ganancias y el comprador queda con una hipoteca sobre una propiedad que no posee legalmente.
Esta estafa a menudo se lleva a cabo en propiedades que están desocupadas o abandonadas, por lo que si está considerando comprar una propiedad que no tiene habitantes, tenga mucho cuidado y haga que un abogado revise la escritura y otros documentos de venta.
Aquí hay una lista de banderas rojas para las que debe estar en alerta máxima:
· Direcciones no coincidentes dentro de la documentación
· Documentos que incluyen eliminaciones o alteraciones
· Números en documentos que no reflejan el interletraje estándar (números que parecen comprimidos en un espacio al que no pertenecen)
· Verificaciones que se completan el mismo día en que se ordenaron
· Verificaciones que se completan en un fin de semana o feriado
· Diferentes tipos y estilos de escritura a mano dentro del documento.
Si no está seguro de la legalidad de una venta que está buscando, consulte con un abogado de bienes raíces para asegurarse de que sus activos estén protegidos.